La identidad corporativa de cualquier empresa, organización, organismo o profesional es aquello con lo que se identifica, se alinea con sus valores y su manera de hacer las cosas, y adquiere entidad porque nuestro interlocutor la reconoce. Es decir, es aquello que nos define, nos diferencia, gracias a que los demás nos reconocen.
Son muchos los elementos que forman parte de nuestra identidad profesional o corporativa. Desde los tradicionales elementos de marketing, hasta los valores y objetivos que perseguimos como equipo y en el mercado. Y se muestra en cada una de las acciones que realizamos, desde la operativa cotidiana a la comunicación o la RSC.
Construir, repensar o adaptar la identidad corporativa de cualquier organización requiere una reflexión profunda acerca de quiénes somos, cómo somos percibidos y cómo deseamos serlo. Un mentor profesional, puede acompañar a toda la organización en ese proceso, ya que su mirada experimentada y externa, aporta una visión a la vez distante, experta y comprometida.
En un mercado tan rápido y cambiante como el actual, en el que la comunicación es bidireccional, con frecuencia comprobamos que no estamos llegando a nuestros clientes del modo deseado. A veces perdemos definición y se nos puede confundir con otros. En otras ocasiones, lo que transmitimos no sintoniza con nuestros clientes, o con lo que creemos ser.
Los mentores acompañan a sus mentees en el proceso de sintonizar el mensaje, la propuesta de valor, y la comunicación consigo mismos y con su cliente objetivo.
Gerentes y directivos deben formar parte de este proceso de mentoring. Su implicación en el proceso es indispensable, ya que serán ellos quienes trasladen esa identidad corporativa a los equipos en su trabajo día a día.
La identidad corporativa está presente en todos los aspectos de la organización. ¿Para qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué nosotros y no otros? ¿Quiénes somos en el mercado? Son algunas de las preguntas iniciales en el proceso de construcción de nuestra identidad corporativa.
Antes de explicar al mercado quién eres, cómo eres y de qué modo único y especial puedes satisfacer sus necesidades en un ámbito concreto, la organización deberá conocer las respuestas a esos interrogantes. Sólo partiendo de ese conocimiento, podremos trabajar desde en definirnos, en construir un plan de comunicación coherente para ser percibidos por el mercado tal como lo deseamos.
Transmitir al mercado nuestra ‘verdad’ de forma coherente, comprensible y en el código de nuestro cliente objetivo genera interés. Nos ayuda a ganar notoriedad, imagen y nos permite construir una reputación en el mercado.
El mentor acompaña al mentee con su experiencia y herramientas. Un mentor profesional se ha formado para diseñar el proceso, acompañar a lo largo de sus distintas fases, y dejar instaladas en la empresa las herramientas necesarias para su actualización y ajustes a medio y largo plazo.
La identidad corporativa no es una construcción unilateral de las organizaciones, sino el reflejo de sus actuaciones, de sus piezas comunicacionales (logo, marca…), de sus valores y del modo en el que el mercado percibe su manera única y especial de satisfacer necesidades.
En todo ese proceso, el mentor acompaña a los directivos de la organización aportándoles su mirada experta, incisiva, junto con sus herramientas y experiencia. En todo momento los acompaña a medir juntos los resultados a lo largo del camino.
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