
16 Sep Cuando ya no puedas más…
«Cuando ya no puedas más, aún te queda un 10%», le decía a mi amigo Javier su entrenador de maratones. Algo así como la reserva de los coches… El depósito de pronto te avisa que estás a puntito de quedarte tirado… Pero ese poquito que te queda, siempre parece que rinde mucho más que el resto del depósito.
Haciendo un estudio de mercado sobre pastas de dientes, descubrí que cada persona pone siempre la misma cantidad de pasta en su cepillo hasta que queda poco en el tubo. Cuando vemos que queda poco, cambiamos de estrategia, y empezamos a economizar recursos… (Cosas que una aprende haciendo estudios de mercado! ;))
Algo parecido pasa con nosotros. El cuerpo, que es sabio, nos avisa cuando estamos a punto de no poder más, se nos «enciende el piloto de la reserva». Nuestra inteligencia emocional, enciende las alarmas y nos llega a paralizar. Nuestra mente se enrosca y rumia, avisándonos de que estamos en riesgo de «colapsar».
Y sin embargo, ese 10 % que nos queda rinde mucho más de lo que parecía en un principio. Sabemos, inconscientemente, cómo economizar recursos. Y si persistimos, descubrimos que somos capaces de hacer mucho más de lo que creíamos posible.
No te sorprenderá descubrir que incluso más allá de ese 10 % existe el «depósito adicional de reserva». Una fuerza interior increíble que nos lleva en volandas incluso cuando ya se tendría que haber acabado nuestro 10% adicional.
Esta fuerza interior no nace de lo que pensamos, ni de forzar al límite el cuerpo, la mente o esa emoción que nos tenía acongojados… Más bien nace de cambiar de enfoque, de dejar de empeñarse con cuerpo, mente y emoción. Esa fuerza interior poderosa nace realmente de otro lugar. Nace de la motivación, de la convicción, de la sintonía de nuestros objetivos, deseos, creencias con nuestra acción. Nace de alinear todos nuestros recursos para conseguir algo que realmente deseamos o tiene Sentido para nosotros.
Cuando esa implicación personal está presente, somos capaces de dar sin medida, de ir más allá de lo puramente necesario para llegar a hacer lo extraordinario. Nos olvidamos de los límites del cuerpo y el entusiasmo, la emoción y el deseo nos llevan en volandas.
El secreto para despertar esa fuerza y ese poderío no se encuentra en los manuales o en los procedimientos, ni protocolos. El secreto está en alentar en tí (o en tu equipo, en los demás) la necesidad de conseguir algo que realmente para tí (para cada una de las personas de tu equipo y para todos como equipo) tiene Sentido.
Por eso, cuando creas que ya no puedas más, cambia el enfoque. Deja de pensar. Deja de enfoscarte en la emoción que disparó el sensor. Abre el corazón y la cabeza a un nuevo enfoque, el del Deseo con Sentido, y conseguirás lo inesperado.
Marta Martínez Arellano
Desarrollo Personal y Profesional
No hay comentarios