El poder de la Autoprofecía

El poder de la Autoprofecía

Una autoprofecía es un decreto, algo que te cuentas a ti misma (a ti mismo) “prediciendo” lo que va a sucederte o lo que vas a sentir… Y como decreto, ¡se cumple!

¿Cuántas veces te has dicho “hoy va a ser un día….”, y la realidad te ha dado la razón? Esto es porque terminas creyendo lo que te dices y tu cerebro busca en el exterior para corroborar tus impresiones.

no digas no puedoEsos días en los que te levantas diciendo… “ya verás, hoy me da en la nariz que el día no va a ser estupendo” y… Empiezas a fijarte en que el café ha salido más aguado, el portero no te ha sonreído, el tráfico parece ir más lento que nunca… Y así vas desgranando minuto a minuto la crónica de lo que “podría ir mal”. ¿Por qué sucede esto?

Por la misma razón que cuando quieres tener un bebé o estás embarazada… no ves más que a otras embarazadas. O cuando te quieres comprar una moto o un coche, no paras de ver coches… Porque subconscientemente has “fijado” el radar de tu mente en ese aspecto concreto de la realidad.

Si ajustas tu radar personal para detectar posibilidades de que algo “te salga de una determinada manera”, tu subconsciente se encarga de ir mostrándote todo aquello que influiría en los elementos que podrían conformar esa realidad.

Pasan más desapercibidos esos días en los que todo parece “que se nos pone de cara”, esos días en los que la realidad te sorprende agradablemente a cada paso, en muchas ocasiones porque no tenías nada pensado… O porque has decidido fijarte en lo positivo.

Las Auto-Profecías pueden funcionar tanto con cosas malas y catastróficas como con cosas agradables y potenciadoras, el truco está en convencer a tu cerebro de que hoy “no tocan quejas ni amenazas” sino que toca enfocarse en conseguir algo más grande y mejor, en destacar lo bueno de cada situación.

¿Qué no es sencillo? En este caso, yo creo que se trata de practicar.

Esto de cambiar de foco, de mirada, radar o punto de vista, indudablemente es más fácil con alguien que te acompaña y te presta su punto de vista, pero al final del día es una cuestión de práctica. Es como cuando ejercitas un músculo en el gimnasio… a más músculo, más facilidad para hacer ese ejercicio… ¿Cuántos años llevas profetizándote cosas no demasiado agradables? ¿Han sido muchos años de entrenamiento? ¡Pues habrá que empezar con una nueva tabla de ejercicios!

Yo te recomiendo que ejercites el músculo del “a-tomar-por-hoy-me-toca-a-mi” diciéndote: «aunque en el pasado no me salió bien “esto”, hoy voy cambiarlo»; o  “a pesar de que (añade aquí tu profecía negativa del momento) creo que hoy va a ser un día espectacular”; e incluso el de “gracias por advertirme de (añade aquí tu profecía negativa del momento) pero lo cierto es que hoy no me viene bien fijarme en eso y prefiero creer que todo saldrá bien”. Es un ejercicio que no provoca agujetas, es bastante satisfactorio y produce resultados casi inmediatos. Pruébalo. Me encantará que me cuentes tus trucos al respecto y si a ti te ha funcionado.

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Marta Martínez Arellano
Desarrollo de Personas y Organizaciones
a través de la Comunicación y la Gestión Emocional

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