16 Ene Emprender al hilo de una pasión
Es evidente que quien trabaja en lo que le gusta disfruta doblemente, emplea con mayor tino sus talentos naturales y en consecuencia, rinde el doble. Todo aquel que consigue poner pasión en su trabajo le añade una pizquita de su cariño, de su creatividad, de su alegría y de su empuje. Sea por cuenta propia o ajena, el trabajo apasionado llena más a quien lo desempeña y rinde mejor en el equipo que lo contiene.
Sin embargo hay veces que se nos resiste el éxito en los emprendimientos basados en la pasión.
Todos experimentamos y conocemos pasiones en las que invertimos, (como los libros, la formación…), pasiones en las que gastamos dinero (como los cuadernos, las semanas de esquí, o las cenas con amigos…,) pasiones que no requieren dinero sino tiempo y cariño como la cocina o la escucha… Si bien todas las pasiones son susceptibles de convertirse en un negocio o una forma me vida, la pasión per se no es fuente de ingresos.
La pasión, al igual que las aspiraciones y talentos personales, forman parte de la ecuación, pero en un emprendimiento económico, hay que tener en cuenta otros factores. Desde una perspectiva puramente económica, todos los negocios, emprendedores o empresas reciben dinero a cambio de resolver una necesidad real del mercado. Lo importante, desde esta perspectiva no es Mi pasión, sino la forma en la que mi Pasión resuelve una necesidad concreta a un público determinado que está dispuesto a pagar por ello.
El foco deja de estar en ti y se vuelca en el efecto que tu pasión tiene en los demás. En la necesidad que
resuelve a otros que ven en tus talentos y tu Pasión una solución y están dispuestos a pagar por ella.
En segundo lugar he descubierto que hay que vencer la resistencia personal a cobrar por algo que no implica «el sudor de nuestra frente». Con frecuencia el mero disfrute de sentirnos útiles haciendo lo que más nos gusta, nos impide ver que es precisamente ahí donde tenemos la principal idea de negocio. En otras ocasiones, ese disfrute hace más difícil poner un precio… Otras, nos cuesta cobrar… Hay que tener en cuenta que empresa que no vende, deja de existir, pero empresa que no cobra su justo valor, quiebra directamente a base de invertir en agujeros negros…
Construir un “sistema de cobro” alrededor de la necesidad que esa pasión resuelve a los demás, es parte de mi trabajo con empresas y emprendedores porque es lo que va a garantizar que funcione el emprendimiento, la sostenibilidad de aquello que realmente te apasiona y aprovecha todos tus recursos y talentos.
La pasión es el combustible que permite mantener en marcha el “Vehículo”, el sistema que hemos diseñado. No nos costará “venderlo” si vemos cómo nos lo van “comprando”. Nuestra Pasión se irá retroalimentando a sí misma, abriéndonos nuevas vías de resolver necesidades, mientras el sistema nos llevará a través de esa red de contactos para los que aportamos valor, a cambio de lo cual recibimos un justo intercambio en dinero.
Por eso el primer paso, es enfocarse en el otro: ¿Qué necesidad satisfacen mis talentos y mi pasión? ¿Quién -y cuánto- está dispuesto a pagar por ello?
Marta Martínez Arellano
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