19 Nov Crear y creer
Creer es crear. Lo que crees es lo que ves y creas. Lo que tienes a tu alrededor, aquello que cuentas y la forma en la que lo cuentas, es aquello en lo que has creído y de ese modo se convierte en tu realidad. Es curiosa la similitud entre ambas palabras, ¿no te parece? Si crees otra cosa, creas algo diferente. “¿Y dices que al mirarla o creérmela de ese modo estoy creando mi propia realidad? ¿Que soy responsable de lo que me pasa?” Claro, le contesté, la forma en la que miras y te cuentas lo que te pasa, condiciona la forma en la que reaccionas. Si al mirar ves problemas, afrontas la realidad intentando bien resolverlos, bien culpar a otros… Si al mirar ves las soluciones, te será más sencillo ponerte a resolver las situaciones… Siempre hay personas que ven la luz y otras que se fijan en las sombras de cada situación. Cuando te fijas en las sombras, tiendes a pensar que el mundo es oscuro, cuando te fijas en la luz tiendes a pensar que el mundo es luminoso… Una chispa de reconocimiento en el fondo de la mirada. “¡Pues vaya! ¡Con lo que me gusta quejarme y lanzar balones fuera!, ¿cómo culpar a otros de lo que me pasa sabiendo eso?” La culpa no existe, existe la responsabilidad. La culpa siempre te lleva a revisitar una situación pasada. Si hubiera… Pero “el hubiera no existe”, nadie pudo nunca hacer nada con algo que ya pasó, salvo volver a visitarlo con otra mirada, para recolocarlo y perdonarse. La responsabilidad en cambio te lleva a mirar la situación desde la perspectiva del Poder: Puedes hacer algo. Es una buena noticia que tu realidad dependa de ti… sólo así puedes cambiarla. Piénsalo. El por qué –¿por qué me pasa esto, por qué hice…, por qué…?- te lleva al pasado, a moler y rumiar una y mil veces aquello que hiciste y aún no has aceptado… El para qué –¿para qué me pasa esto, para qué hago, para qué…?- te impulsa hacia el futuro desde la perspectiva de que todo encierra una oportunidad, una enseñanza, y que puedes hacer algo con ello. Tú decides el enfoque, la utilidad de tu pregunta. Practicar o no el «para qué». Respira aliviada. Y comprende que puede seguir quejándose… pero ya no es su única opción. Marta Martínez Desarrollo personal y empresarial Miembro de la comunidad CTT y GTW.]]>
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