De lo que yo tengo a lo que el otro necesita

De lo que yo tengo a lo que el otro necesita

Una de las habilidades más importantes a la hora de transmitir la propia utilidad, esa que nos hace sentir pertenencia, es la de transformar lo que yo tengo en lo que “tú” (el otro) necesitas… Y si bien el primer paso es reconocernos valiosas y valorar aquello que hacemos por los demás, el segundo paso es estar atentos a lo que la otra persona siente o necesita.

Si nos paramos a pensar, nadie nos recuerda por lo que somos, sino por lo que “hacemos por ellos”. Es decir no por nosotros mismos, sino por la utilidad que tenemos para los demás. Tal vez tuviéramos que excluir a nuestros seres más queridos y próximos, éstos nos aman por lo que somos para ellos, por nuestra condición de Ser en su compañía.

Saltar de lo que yo soy y tengo a lo que tú necesitas es la misma distancia que transitaba Theodore Levitt cuando decía: “nadie compra taladros, compra agujeros”. Un cambio de enfoque imprescindible para “ofrecer y vender” nuestras utilidades y atractivos a potenciales adquirentes o empleadores.

En el post anterior te recomendaba poner en valor lo que eres y lo que haces. Hoy te pido que te asomes a este necesario cambio de enfoque. En los talleres que imparto tanto la valoración personal como este paso de transformarlo en un “producto” ocupan gran parte de nuestro tiempo juntos, pero creo que estos tres sencillos pasos te permitirán hacerte a la idea de por dónde puede estar la clave.

Con frecuencia veo que hay una tendencia generalizada a aferrarse a dos elementos: el currículo y “ya estoy en Infojobs- y similares”. Pero en este post te voy a sugerir que te “olvides” de tu currículo. Al fin y al cabo en él sólo podemos conocer tus habilidades instrumentales, lo que aprendiste y lo que has hecho o te han contratado hasta ahora… Los “agujeros” que ayudaste a hacer en el pasado. No digo que no sea importante, sino que necesitas darle un toque más personal, una proyección hacia el futuro.  Por eso te animo a que cambies de punto de vista e intentes estos tres sencillos pasos para descubrir para qué tipo de “agujeros” sirven hoy en día tus capacidades. ¡Quién sabe… tal vez te muestre cómo dar un giro a tu carrera para ser más feliz!

Aquí los tienes:

– Paso 1: Párate a pensar qué es aquello por lo que en tu familia o entre tus amigos, siempre te dan las gracias. Seguro que en tu grupo más cercano hay una tarea o labor que siempre te es encomendada, algo por lo que siempre recurren a ti… ¡Eso es lo que ven los demás en ti! Eso es lo que podrías vender…. Y deberías destacar en tu resumen profesional. – Paso 2: Fíjate en el efecto que tienen tus actos de ayuda a los demás. ¿Cómo les haces sentir? ¿Qué tipo de problema has resuelto? Estos son los problemas que tú resuelves, las emociones que tú facilitas. Algo que sólo tu sabes hacer. – Paso 3: Finalmente, mira a tu alrededor, más allá de los límites de tu entorno más cercano, en Infojobs y plataformas similares. ¿Quién necesita eso que tú haces por amor entre los tuyos? ¿Cómo se compra y se vende esa capacidad tuya de hacerlo?

Al fin y al cabo, la búsqueda activa de empleo, el emprendimiento, la reinvención profesional e incluso la comercialización de las empresas, pasan indudablemente por la valoración personal de nuestras capacidades pero también por el hecho de que los demás sepan y comprendan en qué podemos ayudarles. Cada uno de nosotros tiene una forma única de hacer las cosas, y cuando nos contratan por esas capacidades únicas, personales e intransferibles, que nos son naturales y hacemos “sin querer”, éstas crecen, se perfeccionan y nos hacen crecer sintiéndonos bien, en equilibrio, alineados. (Sintiéndonos el taladro más “genialástico” para ese agujero concreto)

Espero que estos trucos te sirvan… Y me cuentes si lo han hecho! 😉

    Marta Martínez Arellano Desarrollo personal y empresarial.]]>

No hay comentarios

Escribe un comentario

uno × cuatro =