El primer paso

El primer paso

el primer paso     Hay textos, recortes y videos que guardo… sin saber por qué, y me revisitan a cada tanto. Hoy me revisitó el recorte: «Manual para subir montañas» de Claudio Coelho. Me encuentro cada vez con más personas que no se atreven a escalar, no nos atrevemos a escalar, no me atrevo a escalar… Pasar del «hay quien no se atreve» a «no me atrevo» suele ser el primer paso. También hay quien como tú o como yo, no consiguen dar el primer paso porque no atinan a decidir cuál será ese primer y diminuto pasito que les encamina, nos encamina, me encamina, a subir montañas. Hay a quien, como a ti o a mí, le cuesta decidir qué montaña desea escalar. Y de este modo la escalada queda siempre postergada ante la decisión del destino. A veces el destino no es tan obvio, como no lo es el primer paso, y la montaña queda ahí como un proyecto que no termina de cuajar hasta que un día, un día cualquiera, decidas/decido hacer la mochila, calzarte/calzarme las botas del atrevimiento y emprender el camino siguiendo, casi con seguridad, las rutas de quienes ya transitaron por sendas parecidas. Lo que con frecuencia tampoco se cuenta es que para escalar montañas hay que  dejar el sillón en el que te apoltronaste, encontrar un punto de apoyo dentro de mí, dentro de tí, e ir armando poco a poco la travesía. Hay que cerrar el ciclo de descanso e hilvanar esfuerzos para ir construyendo el nuevo proyecto. Hay que reposar en algo sencillo, simple, en la voluntad de seguir creciendo y avanzando, en el deseo de seguir juntos compartiendo. A veces es este el paso que más te cuesta, que más me cuesta. Dicen que cuando el alumno está listo, aparece el maestro, ese que te/me acompaña a decidir la montaña, a emprender la marcha o transitar el camino. Lo que con frecuencia no se cuenta es que no hay papeles definidos. Maestro y alumno, como tú y como yo, se acompañan mutuamente, se enseñan mutuamente. Es el aprendizaje mutuo lo que enriquece el camino, lo que consigue tirar de mí, tirar de ti, montaña arriba, sea cual sea su altura, sea cual sea su utilidad, sea cual sea su precio. Y cuando éste desaparece, cuando la cima se alcanza… se desmonta el dúo, y podemos seguir cada cual por su camino, apadrinando a otros, aprendiendo de ellos. Si este es tu caso…  Yo te propongo un primer paso. Fíjate en cómo hablas. ¿En primera persona del singular -yo- o en cualquier otra? ¿Qué verbos utilizas? ¿Son verbos de excusa y queja o verbos que demuestran que ya decidiste? Decide, decido caminar, aunque todavía el monte no tenga nombre. Decide, decido aprender y compartir, aunque no haya aparecido el maestro perfecto. Decide, decido disfrutar, aunque la dicha a veces parezca esquiva. Decide, decido comenzar, porque lo que no tiene fecha, nunca sucede. Un cambio pequeñito desencadena grandes travesías. Fíjate y verás cómo cambia el paisaje. Y si lo deseas, comparte tu experiencia, de ella aprendo mucho. perfil bautizo 2013   Marta Martínez Arellano

Mentor-Coach. PNL Practitioner.
Consultora de Transformación personal y empresarial
Miembro de redes internacionales de cambio. 
 
 
P.S. Con inmenso agradecimiento a quien me permite acompañarle, a quien me enseña. 
]]>

No hay comentarios

Escribe un comentario

2 × 2 =