In Lak’ech – Hala Ken

In Lak’ech – Hala Ken

“Yo soy tu” – “Tu eres otro yo”. Este era el saludo Maya, un saludo que honraba la idea de la unidad, que todos somos uno, todos iguales, partes inseparables de un manto continuo de vínculos afectivos que construyen la humanidad, un único Espíritu. Esa misma idea subyace al Ubuntu africano, y al So Ham del sánscrito, y me atrevo a decir, que también subyace a la filosofía budista y al Amor Cristiano. Parte de una “Filosofía Perenne”, universal y compartida, tantas veces distorsionada por traducciones humanas (traduttore-tradittore), por interpretaciones de esta nuestra realidad tridimensional, balbuceada en los sonidos que la mente puede concebir para hablar de lo inefable (aquello que no puede hablarse). Hace muy poco alguien me hizo ver que cuando señalo a alguien, un dedo va en su dirección, tres en la mía. Y decidí prestar atención a cómo señalo. Hoy me canta en la cabeza esa canción de Drexler, su Milonga del Moro Triste: “no hay una (idea) piedra en el mundo que valga lo que una vida”. Hoy quería honrar la valentía de Antoine Leiris, su presencia de ánimo, su certera voluntad de vivir de cara, amando a su esposa cada día, educando a su hijo sin miedo, ni odio. “Alors non je ne vous ferai pas ce cadeau de vous haïr.” “No os haré el regalo de odiaros”. Hoy querría ver a más dirigentes cantando la Milonga, abiertos a pensar como Antoine Leiris, a saludarse como los Mayas. A reconocer su dedo en la forma en la que señalan, conscientes de los tres dedos que se vuelven en su contra. Porque hoy eso supondría un cambio de enfoque, de perspectiva y con toda seguridad abriría nuevas vías de solución a esta barbarie. perfil bautizo 2013   Marta Martínez Ciudadana del Ubuntu]]>

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