Talento en nuestras filas

Talento en nuestras filas

un enfoque de base. No es lo mismo contratar a una persona con un grado en marquetería que a una persona que disfruta desarrollando su creatividad con la madera. No es lo mismo contratar a un ingeniero técnico, que a una persona con ingenio técnico… Al fin y al cabo nuestro currículo explica lo que hicimos hasta la fecha, es una especie de recuento histórico, un “historial de cadáveres”, de etapas superadas… Un “currículo morte”, desde la perspectiva de que cualquier tiempo pasado no regresará jamás… El currículo vitae es el que todavía no se ha escrito, el que se escribe cada día con la potencialidad de la persona. Nuestro currículo explica dónde estamos, con qué activos instrumentales contamos para satisfacer necesidades de mercado. Como trabajadores, invertimos poco tiempo en pensar qué podemos o deseamos hacer con lo mucho que llevamos vivido y estudiado. Qué nos motiva, qué “nos pone” en qué trabajo seríamos plenamente felices, plenamente eficientes, plenamente productivos, y a veces nos conformamos con una nómina a cambio de ocho horas de presencia. Como empleadores, invertimos poco tiempo en pensar qué capacidades nos hacen falta, y a cambio buscamos copiar y pegar ofertas de trabajo estándar. Pero si pudiéramos pedir a los Reyes Magos la mejor ficha en el mercado de invierno, pediríamos el talento de Steve Jobbs o la creatividad de Disney, o tal vez el tesón de Hawkins… Estoy convencida de que aunque se apelliden Pérez, Gómez o García, el talento, la creatividad y el tesón distinguen a muchas personas que se parapetan bajo un gris currículo de títulos conseguidos con el sudor de su frente, pero que pudieran ofrecer el entusiasmo de sus propias pasiones. En una sociedad en la que el 30 % de las labores tipificadas y puestos de trabajo etiquetados están amenazados por la tecnología, descubrir aquello que como trabajador nos distingue, supone una baza de éxito en el mercado. En un mercado global en el que la oferta que se mueve por precio es cada vez más uniforme, y aquella que se mueve por márgenes es cada vez más innovadora, descubrir en qué podemos distinguirnos es una necesidad para el desarrollo y florecimiento de nuestro proyecto empresarial. Y esta innovación no nos la ofrece la tecnología, sino las personas que son capaces de aportar su pasión, entusiasmo, creatividad y compromiso a nuestro proyecto. Mucho se oye hablar de la gestión del talento. La primera gestión que hay que hacer para gestionar el talento es reconocerlo. La segunda, es saber para qué podemos usarlo. Disponer de talento en nuestras filas es rentable: nos distingue en el mercado, nos permite hacer las cosas de forma diferente a nuestra competencia. Disponer de talento reconocido en nuestras filas es exponencialmente más rentable: el profesional al que se le permite desarrollar su talento aporta mucho más a la empresa, y ahorra: se pone menos enfermo, asume como suya la tarea y comete menos errores en el desempeño de su trabajo. Disponer de talento reconocido y cohesionado en nuestras filas hace que nuestra empresa sea imparable: ¿se imaginan un equipo bien orquestado en el que cada cual aporte sus mejores cualidades para la consecución de objetivos comunes de rentabilidad, innovación, ventas…? Es sencillo: clarifiquemos nuestros objetivos, pongámoslos en común, exploremos el talento en nuestro equipo y alentemos en cada profesional el entusiasmo, la pasión y el compromiso para que aporte aquello que esté en su mano y su talento para conseguirlos. Hay que dejar de lado el miedo a verse cuestionado, las estructuras rígidas y la titulitis… Planteándose que el partido está en el mercado, no en casa. Haga las paces con su equipo, explore sus posibilidades, detecte qué talentos le hacen falta y láncese… No lo dude, si Del Bosque lo consigue, usted también puede. martamartinezarellano Marta Martínez Arellano Consultora de transformación empresarial, miembro de la comunidad CTT.]]>

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